jueves, 14 de marzo de 2013

Deo Gratias

Hermanos y hermanas, buenas noches.
Sabéis que el deber del cónclave es dar un obispo a Roma. Parece que mis hermanos cardenales han ido a buscarlo casi al fin del mundo, pero aquí estamos.
Os agradezco la acogida, también a la Comunidad Diocesana de Roma, a su obispo, gracias. Y antes de nada quisiera rezar por nuestro obispo emérito Benedicto XVI.
Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Y ahora empezamos este camino Obispo Pueblo. El camino de la Iglesia. Aquella que preside en la caridad toda las iglesias. Un camino de hermandad, de amor, de fe entre nosotros. Recemos siempre por nosotros los unos por los otros. Recemos por todo el mundo, para que haya una gran hermandad.
Os auguro que este camino de la iglesia que empezamos hoy, y en el que me ayudará mi cardenal Vicario aquí presente, será fructuoso para la evangelización y para esta hermosa ciudad.
Y ahora quisiera dar la bendición pero antes os pido un favor. Antes de que el Obispo bendiga al pueblo, os pido que vosotros recéis al señor para que me bendiga a mi. La oración del pueblo pidiendo la bendición para su obispo. Hagamos en silencio esta oración vuestra para mi.
Dirijo esta bendición a vosotros y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.
(Bendición Orbi et Orbi)
Muchas gracias por la acogida que me habéis dado. Nos veremos muy pronto, buenas noches y buen descanso.

viernes, 1 de marzo de 2013

Davant la nova situació de Seu vacant


Per la renúncia del Papa Benet XVI, i el Conclave per a l'elecció del nou Bisbe de Roma, posem unes indicacions litúrgiques que ens poden ajudar durant aquest període particular que vivim al Església.

INDICACIONS litúrgiques

Tal com preveu l'Ordenació General del Missal Romà (n. 374) els Bisbes diocesans davant "una greu necessitat o utilitat pastoral" poden enviar o permetre que se celebri la Missa amb els formularis previstos per "Diverses necessitats" també en Quaresma i Pasqua. Aquesta possibilitat no es preveu per als diumenges, els dies de la Setmana Santa i la Vuitena pasqual. Seguint les diverses suggeriments provinents de la Conferència Episcopal Italiana les diverses diòcesis del món han aportat suggeriments per les comunitats cristianes. Presentem seu resum amb les següents indicacions:

1. Durant la Seu vacant

 a) Omissió del nom del Papa

en la pregària eucarística i en la Litúrgia de les Hores

Des de les 20.00 h del 28 febrer (inici de la Seu vacant), fins l'elecció del nou segle Pontífex, en la Anàfora Eucarística s'omet el nom i la menció del Papa fent memòria únicament del Bisbe.

Així mateix, en les pregàries de la Litúrgia de les Hores es suprimeix la intercessió pel Papa,. Convé, en el seu lloc, afegir una prez demanant l'assistència de l'Esperit Sant pels Pares Cardenals.

b) Pregària per l'elecció del Papa de Roma

L'Església recomana que durant el període de seu vacant «tots els pastors i els fidels, a tot el món, elevin a Déu fervents oracions perquè il · lumini les ments dels Electors i els mantingui units per exercir el seu ofici, a fi que l'elecció del Romà Pontífex sigui sol · lícita, unànime i en bé de la salvació de les ànimes i de tot el poble de Déu »(Ordo rituum conclavis, 19).

El Bisbe diocesà, tal com està previst en l'ordenament litúrgic (cf. OGMR núm. 374), si ho creu oportú, pot concedir o manar que en la pròpia Diòcesi es celebri en els dies firals la Missa «Per triar un papa» (Missal Romà, Misses per Diverses necessitats, núm. 4) amb vestidures morades: el color litúrgic del Temps de Quaresma (cf. OGMR núm. 347).

L'oració col · lecta de la Missa "Per triar un papa" (n. 4) pot ser sempre lliurement usada com oració conclusiva de la "Oració dels fidels" a les celebracions eucarístiques fins al final del Conclave.

2. Després de l'elecció del Bisbe de Roma

Tal com apareix en la Constitució Apostòlica Universi Dominici gregis (22 nov. 1996): «Després de l'acceptació, l'elegit que ja hagi rebut la coordinació episcopal, és immediatament Bisbe de l'Església Romana, autèntic Papa i Cap del Col · legi Episcopal; adquireix de fet la plena i suprema potestat sobre tota l'Església, i pot exercir-"(núm. 88). Per tant, des del moment de la proclamació del Romà Pontífex triat, l'Església en les celebracions litúrgiques fa esment del Papa a la manera acostumat (a la pregària eucarística diària i, quan s'indica, en les pregàries de l'Ofici de Vespres).

El Bisbe diocesà, tal com està previst en l'ordenament litúrgic (cf. OGMR núm. 374), si ho creu oportú, pot concedir o manar que en la pròpia Diòcesi-fora dels diumenges, solemnitats i la setmana santa-es celebri la Missa «Pel papa» (Missal Romà, Misses per Diverses necessitats, núm. 2) amb vestidures del color litúrgic del Temps en què se celebra (cf. OGMR núm. 347).

Les dues oracions col · lecta de la Missa "Pel papa" (n. 2, A i B) poden ser lliurement utilitzades com oració conclusiva de la "Oració dels fidels" a les celebracions eucarístiques durant els dies que van des de l'elecció fins al inici del ministeri petrí o en un altre moment oportú en què es tinguin celebracions especials.

sábado, 13 de agosto de 2011

Más allá de la tentación

Lo propio de la tentación consiste en “tentar”, atraer, sugestionar, absorber, arrastrar. Especialmente cuando la tentación consigue presentarse como algo “bueno”, como una solución para los problemas personales, o como la conquista de caminos fáciles para la felicidad.
Pero la tentación pierde casi toda su fuerza seductora cuando dentro del alma hay una certeza profunda: Dios se interesa por mí, Dios me busca, Dios me acompaña, Dios me salva, Dios me ama.
Entonces la vida empieza a ser vivida de otra manera. Ya no nos fijamos si algo es fácil o difícil, si estamos cansados o felices, si nos faltan muchas cosas o si vivimos holgadamente. Lo que importa, lo que lleva a una madurez profunda y serena, es poder anclar el corazón en la bondad divina.
La vida cristiana no es simplemente una lucha para evitar caídas, para huir de las tentaciones, para mantener un poquito la gracia que recibimos en el bautismo y en los demás sacramentos. No es una vida de trincheras, a la defensiva. Más bien, es una vida de conquista, de lanzamiento, de santo valor para emprender mil obras buenas, para ayudar a un familiar enfermo, para escuchar al abuelo que desea tener alguien a su lado, para sonreír a un niño que necesita cariño en casa y en la escuela.
Cuando nos ponemos en marcha, cuando dejamos que el amor guíe nuestros pasos, la tentación poco a poco se desinfla, como un globo voluminoso pero hueco e indefenso.
Tenemos que descubrir la fuerza de nuestra fe cristiana. El pecado no es nunca capaz de llenar el corazón hecho para lo eterno. Sólo el amor, y un amor pleno, auténtico, es capaz de dar sentido a nuestros pasos, de sacarnos de las tinieblas y de introducirnos en el mundo de la vida.
La tentación, incluso alguna breve caída, quedarán atrás. Sabremos pedir perdón desde las lágrimas, en una confesión bien hecha. Sabremos, sobre todo, descubrir que a quien mucho se le perdona mucho ama (cf. Lc 7,36-50).
Entonces, y sólo entonces, la vida cambia. Vale la pena descubrir la belleza de nuestra vocación cristiana, para empezar a ser, de verdad, hijos en el Hijo, ovejas rescatadas que se dejan llevar, mansamente, sobre los hombros del Pastor bueno...

(P. Fernando Pascual LC)

http://es.catholic.net/imprimir/index.phtml?ts=5&ca=32&te=249&id=34587

martes, 12 de julio de 2011

Martes de la 15ª semana de Tiempo Ordinario.

Éxodo 2,1-15a, Sal 68, 3.14.30-34 , Mateo 11,20-24

“¡Ay de ti, Corozaín, ay de ti, Betsaida!.” En que tono diría Jesús esos “ay”. No creo que fuese enfado, desesperanza o impotencia. El Señor sabía que todavía tenía que pasar por la cruz para la redención de todo el género humano.

Esos “ay” recuerdan a la cerrazón del Evangelio del domingo: “para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse para que yo los cure.” Es la tristeza de ver que se rechaza la salvación de Dios, cuando la tenemos tan a mano. La desesperanza, pensar que no hay salida o que ni siquiera Dios es capaz de salvar nuestra vida. Peor todavía los que piensan que pueden apartan a Dios de su vida, que su corazón no les va a pedir más, que su alma descansará serena. Pero no será así, recordemos a San Agustín: “el hombre está hecho para [el Amor de] Dios” y no se conforma con amoríos.

Comulgamos, nos confesamos, hacemos oración…, pero nos contentamos con una vida mediocre, pensamos que no podemos ir a más, compaginamos nuestra vida con nuestros pecados, pensamos que somos así y dejamos de luchar. Nos creemos incapaces de volver a la vida de la Gracia, al Amor primero. Humanamente nos podrá parecer difícil. Para nosotros, heridos por el pecado, parecería más fácil rescatar al pueblo de Israel, teniendo a Moisés cerca del Faraón, pero Dios le coloca lejos, “en el país de Madián.” La vida del cristiano no puede ser añoranza, es camino.

Nuestra Madre la Virgen, conocía claramente el camino. Pídele a ella que sea tu guía, y por muy anquilosado que estés en tu vida, ella te volverá a reconducir hacia Cristo.

jueves, 23 de junio de 2011

Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo

Dt. 8, 2-3. l4b-l6a, Sal 147, 12-13. 14-15. 19-20, Cor. 10, 16-17, Jn. 6, 51-58

Afirmaba Pablo VI: "el pan consagrado se conserva en el tabernáculo como centro espiritual de la comunidad religiosa y de la parroquia". El Papa Juan Pablo II: "sin el culto eucarístico, como su corazón palpitante, la parroquia se vuelve estéril". ¿No estará en la falta de adoración eucarística la esterilidad de algunas parroquias? En otro documento "EL PRESBÍTERO, PASTOR Y GUÍA DE LA COMUNIDAD PARROQUIAL" dice: "el dinamismo ministerial -exento de una sólida espiritualidad- se traduciría en un activismo vacío y privado de valor profético ... entretenerse en coloquio íntimo de adoración frente al Buen Pastor, presente en el Santísimo Sacramento del altar, constituye una prioridad pastoral superior, con mucho, a cualquier otra". Pero inserta una llamada a los fieles. Catequistas sin adoración al Santísimo, catequistas estériles. Asociaciones apostólicas sin adoración al Santísimo, frío e inútil activismo. "La fuente de la vida es la Eucaristía", sin ella no hay vida. Una parroquia, pues, sin adoración eucarística está enferma o al menos con poca vida, o quizás muerta. Reunid un grupo que responda a esa tarea y convertíos así en el fermento secreto y eficaz de vuestra parroquia, y pedid a los sacerdotes que os expongan el Santísimo para adorarlo y les daréis una gran alegría. Hay quien dice que quisiera "ayudar" en su parroquia pero no sabe cómo; pues ahí lo tienes: ponte de rodillas ante el Sagrario, adora, repara, suplica... y ya estás ayudando de la manera más eficaz.