miércoles, 9 de marzo de 2011

FRANCISCO PALAU. ocd.: F. PALAU, Un gran testimonio de amor a la Iglesia

FRANCISCO PALAU. ocd.: F. PALAU, Un gran testimonio de amor a la Iglesia

Primer domingo de Cuaresma

Extracto del Mensaje del Papa Benedicto XVI para la Cuaresma 2011
El primer domingo del itinerario cuaresmal subraya nuestra condición de hombre en esta tierra. La batalla victoriosa contra las tentaciones, que da inicio a la misión de Jesús, es una invitación a tomar conciencia de la propia fragilidad para acoger la gracia que libera del pecado e infunde nueva fuerza en Cristo, camino, verdad y vida (cf. Ordo Initiationis Christianae Adultorum, n. 25). Es una llamada decidida a recordar que la fe cristiana implica, siguiendo el ejemplo de Jesús y en unión con Él, una lucha “contra los dominadores de este mundo tenebroso” (Ef 6, 12), en el cual el diablo actúa y no se cansa, tampoco hoy, de tentar al hombre que quiere acercarse al Señor: Cristo sale victorioso, para abrir también nuestro corazón a la esperanza y guiarnos a vencer las seducciones del mal.

Diez reflexiones sobre la laicidad

Por el Observatorio Internacional cardenal Van Thuân

VERONA, jueves, 19 julio 2007

El «Observatorio Internacional cardenal Van Thuân sobre Doctrina Social de la Iglesia» está promoviendo una reflexión orgánica sobre la laicidad, que «actualmente --advierte-- es la encrucijada de muchísimas problemáticas éticas, sociales y políticas».

En su web ofrece diversas reflexiones que ha producido sobre este actualísimo tema.

Un primer fruto es el estudio de monseñor Giampaolo Crepaldi, secretario del Pontificio Consejo Justicia y Paz, aparecido en el «Boletín de Doctrina Social de la Iglesia» 1 (2006) con el título «Breves notas sobre la laicidad en J. Ratzinger – Benedicto XVI».

A éste le seguirán otras profundizaciones, anuncia el Observatorio en su Boletín de Noticias n. 94 del pasado 16 de julio. De hecho, uno de los próximos fascículos del «Boletín de Doctrina Social de la Iglesia» se dedicará por entero a esta cuestión, con aportaciones de diversos países del mundo en los que la laicidad y el laicismo asumen formas diversas.

Mientras tanto, el Observatorio ha querido sintetizar en diez puntos sus reflexiones sobre la laicidad, que publicamos a continuación.
10 PUNTOS SOBRE LA LAICIDAD

1. La laicidad se entiende hoy como ámbito público de la razón neutra de absolutos
Hoy se tiende a concebir la laicidad como el ámbito de la sola razón, o sea, de la razón que considera la fe religiosa como irracional y por lo tanto no digna de entrar en el debate público. La consecuencia es la reducción de la religión a secta y una tolerancia que equipara entre sí a todos los dioses. La laicidad como neutralidad de los absolutos acepta la religión sólo según tres modalidades: como hecho privado, como secta en el mercado de los sentimientos religiosos, como vaga y genérica mística. Las tres modalidades niegan a la religión una dimensión pública.

2. Esta laicidad neutra de los absolutos es a su vez un absoluto

Esta concepción de la realidad rigurosamente racional tiene su propia absolutidad, la absolutidad del conocimiento racional, la tesis de la exclusiva validez del conocimiento científico y, como consecuencia, se convierte en contestación de la absolutidad religiosa. La laicidad que pretende ser neutra de los absolutos es a su vez una opción absoluta, un dogma.


3. Pero una razón absoluta es imposible

La razón que quiera permanecer fiel a sí misma, o sea, auténtica razón, no puede renunciar a la propia relación con la fe. Si la razón no se abre a la fe, absolutizándose así ella misma, no es por motivos racionales, sino o por una forma de fideísmo de la razón o por una forma de racionalismo de la fe, esto es, una razón que se convierte en religión laica y una religión que se convierte únicamente en gris ética social.


4. El rechazo político del cristianismo es también rechazo de la razón

Rechazando el cristianismo, el Estado occidental rechaza también la razón que el cristianismo llevaba consigo y se entrega así a los dioses.

El cristianismo no se remite a las divinidades del mito, sino al Dios como único ser y verdad del Logos griego. El Dios cristiano no es, sin embargo, sólo verdad; es también amor. Pero el hecho de que sea amor no suprime su ser verdad. «Subsiste una primordial identidad entre verdad y amor». De este modo el cristianismo unifica la verdad y la vida. No puede prescindir de la verdad, y en esto asume las exigencias racionales, pero no acepta la separación entre verdad y vida que la razón, sola, querría proponer.


5. La «autolimitación» de la razón absoluta

La laicidad como razón pública que quiere eliminar la propia relación con la fe se somete a un inevitable proceso. Tiende a ser absoluta, pero para ser absoluta debe limitar el sentido y el ámbito de la propia verdad. Si se mantuviera abierta a lo trascendente, no podría decirse absoluta. Para hacerlo debe reducir su propia pretensión de verdad, a fin de poderse jactar en sí misma de un saber absoluto. La conclusión es la reducción de la verdad a los mínimos términos de cuanto se puede probar con los experimentos.


6. De la razón absoluta a la «dictadura del relativismo»

He aquí la transición de una razón absoluta, así entendida, a la «dictadura del relativismo». De cualquier verdad que no sea fruto de cálculo o experimento, la laicidad positivista asume una actitud de duda dogmática. Su única certeza es la duda; duda de todo, excepto de la propia dubitación. De este modo proclama el relativismo, pero lo proclama dogmáticamente, como el último dogma que queda tras la desconstrucción de la verdad, por lo tanto como última y definitiva verdad.

El hombre ya no admite instancia moral alguna fuera de sus cálculos y así los deseos se transforman en derechos.


7. La «auto-autorización» del actuar humano, o sea, el nihilismo de la técnica

Si la medida del hombre es su capacidad estamos en el nihilismo de la técnica y el hombre puede «auto-autorizarse» a hacer todo lo que sea capaz de hacer. La constatación de que la dictadura del relativismo lleva al nihilismo de la técnica decreta la insostenibilidad de una laicidad desgajada de la trascendencia. Se dice que la verdadera laicidad es la que no sólo admite o tolera la trascendencia, sino que también siente su necesidad y la promueve. En el plano de la praxis política concreta, la verdadera laicidad asume dos actitudes fundamentales: a) no pide a los creyentes que se despojen de su fe cuando participan en el debate público para asumir las únicas vestiduras de la razón; b) no concede liberad de palabra sólo a los individuos creyentes, sino también a las comunidades religiosas como tales. Esto, desde el punto de vista de la política, significa reconocer a la comunidad religiosa el derecho de ser sujeto de cultura social y política.


8. La laicidad tiene necesidad de trascendencia

Si sólo una laicidad que no excluya la trascendencia puede ser verdaderamente laica, entonces, al menos, la laicidad debe razonar «como si Dios existiera».


9. No todas las religiones garantizan por igual la apertura a la trascendencia

No todas las religiones son adecuadas por igual para garantizar a la política la necesaria trascendencia. Una religión como el budismo, por ejemplo, que propone la disolución de la persona en el uno-todo, es menos capaz de garantizar en sentido trascendente los derechos de la persona que una religión como la cristiana, para la cual el encuentro con Dios será un encuentro personal. Es interés de la laicidad no caer en el «lo mismo da» [en el ámbito religioso].


10. La laicidad, el cristianismo y Occidente

El concepto de laicidad existe sólo en Occidente. Pero precisamente aquí, en Occidente, la laicidad ha asumido los caracteres de la dictadura del relativismo. Sólo aquí en Occidente, por lo tanto, puede ocurrir que la laicidad supere los rasgos de la dictadura del relativismo y se reabra a la trascendencia. Dado que, sin embargo, no todas las religiones son capaces de permitir a Occidente realizar esto en armonía con sus mejores conquistas, sino sólo el cristianismo, es evidente que Occidente no puede permitirse cortar los puentes con el cristianismo. La laicidad no es posible sin el cristianismo. Ciertamente el cristianismo no coincide con Occidente, pero si Occidente corta sus vínculos con el cristianismo, se pierde también de vista a sí mismo. Abriéndose indiscriminadamente a todo cuanto es externo, ya sin confianza en sí mismo y sin contar con el vínculo con el cristianismo, Occidente ya no logra integrar nada, tampoco en sí mismo.

viernes, 4 de marzo de 2011

El Pare Palau: Amor a l'Església

Fa ja uns quants díes que a La Vanguardia es va publicar un article d'opinió del Cardenal Lluís Martínez Sistach sobre el Pare Palau. El cardenal el va mostrar com a exemple del seu amor a l'Església. Us facilitem un enllaç per a què ho pogueu llegir.

martes, 1 de marzo de 2011

Biblia Infantil

Es un trabajo del centro de recursos del Ministerio de educación
Pienso que merece la pena verlo
http://recursos.cnice.mec.es/bibliainfantil/

BIENAVENTURANZAS DEL SEMINARISTA día del seminario 2011

Todo sobre el día del seminario en este enlace

A partir de la carta de Benedicto XVI a los seminaristas (18-X-2010)

Feliz el seminarista que…

• Camina hacia el ministerio sacerdotal a pesar de las objeciones del
ambiente, porque sabe que los hombres siguen tiendo necesidad de
Dios hoy, mañana y siempre.
• Ha descubierto que Dios está vivo y que necesita de hombres que
vivan para Él y que lo lleven a los demás.
• Ha descubierto que no se llega a ser sacerdote solo sino en una
comunidad de discípulos.
• Pone en el centro de su vida la relación personal con Dios en
Jesucristo para llegar a ser mensajero de Dios entre los hombres.
• Aprende a vivir en contacto permanente con Dios, como punto de
referencia que le hace descubrir tanto los errores como todo lo
hermoso y bueno que hay en su vida.
• Sabe celebrar la Eucaristía con participación interior para encontrarse
a Cristo en persona.
• Aprende a conocer, entender y amar la liturgia de la Iglesia como un
gran coro de oración con los fieles de todos los tiempos.
• Vive el sacramento de la Penitencia con una conciencia agradecida
de que Dios siempre está dispuesto al perdón, sin ser escrupuloso
pero luchando por la santidad y la santificación.
• Reconociendo su miseria, llega a ser más tolerante y comprensivocon las debilidades del prójimo.
• Sabe apreciar una piedad popular purificada y centrada en lo
esencial que le permite integrase con el Pueblo de Dios.
• Estudia con tesón y aprovecha los años de estudio para conocer y
comprender la estructura interna de la fe.
• Va consiguiendo un equilibrio justo entre corazón y mente, razón y
sentimiento, cuerpo y alma, para llegar a ser humanamente íntegro.
• Camina vigilante y atento en un proceso de discernimiento para vivir
una humanidad auténtica, pura y madura en la vida celibataria.
• Sabe vivir su propia espiritualidad particular en el conjunto de las
diversas formas de espiritualidad suscitadas como dones del Espíritu
a la Iglesia.
• Vive su etapa en el seminario como un periodo en el que aprende
con los otros y de los otros.
• Asimila la generosidad y la tolerancia para hacer posible el
enriquecimiento mutuo en la vida comunitaria.

Se acerca el día del seminario

Oración




Señor Jesús,
que nos prometiste: «pedid y recibiréis, llamad y se os abrirá»,
regálanos las vocaciones sacerdotales
que tanto necesita tu Iglesia y el mundo de hoy.
Haz que las familias sean el campo fértil donde puedan germinar.
Bendice el trabajo apostólico de catequistas y educadores,
para que logren despertar y madurar la vocación sacerdotal
en aquellos que tú, Señor, has elegido a tu servicio.
Ilumina la tarea educativa de los formadores del Seminario
para que creen un verdadero cenáculo
donde el encuentro contigo ayude a cada seminarista
a configurar su corazón, de Buen Pastor, con el tuyo.
Que Santa María, Reina de los Apóstoles,
lleve de la mano a los seminaristas y sacerdotes para que sean realmente gloria de la Iglesia
y un verdadero don de Dios para el mundo.
Amén
DÍA DEL SEMINARIO 2011
El sacerdote, don de Dios para el mundo