viernes, 20 de mayo de 2011

Quien me ha visto a mi, ha visto al Padre

San Juan 14,1-12

El problema de la historia de la humanidad no es que el hombre no creyera en Dios, el problema era no saber como era Dios, de este pequeño detalle se dio cuenta el Padre y mando a su Hijo para dárnoslo a conocer.

Por eso dice quien me ha visto a mi ha visto al Padre, porque el Padre y yo somos uno, o sea, que es lo mismo verlo a Él que si viéramos al Padre, pero al Padre nadie lo ha visto, aunque si lo hemos visto, porque lo hemos visto a Él.

Quizás si en vez de decir Jesús es Dios, dijéramos, Dios es Jesús, nos resultaría más fácil entenderlo, porque Jesús es el rostro en el que podemos ver a un Dios, amoroso, compasivo, que no puede vivir sin nosotros, que le faltamos nosotros para ser feliz. ¿Le ayudamos o lo dejamos solo esperando eternamente?, tu decides, aunque ya sabes que no decidir también es una opción, perdón una elección..

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