lunes, 28 de marzo de 2011

Martes III Cuaresma

Pena y Culpa

Perdonar significa liberar a otro de la culpa y, a veces, preferimos mantenerlo en ella. Pero la culpa destruye al hombre. Otra cosa es la pena. Las personas, cuando hacemos mal las cosas, deseamos pagar por ello. Porque nos sabemos culpables queremos ser castigados para pagar así nuestra culpa. Son dos cosas distintas, aunque íntimamente unidas.

Dios perdona sin medida. Por su infinita misericordia perdona todos los pecados a quien se arrepiente. Así nos libera del peso de la culpa. También, a veces, si nuestro arrepentimiento es muy grande, nos libera de las penas que mereceríamos por nuestros pecados. Así de bueno es Dios.

El perdón que Dios nos da es consecuencia de su misericordia. Por su amor infinito desde el mismo momento en que nosotros pecamos ya está buscando la manera de perdonarnos. En su corazón ya hemos sido perdonados, pero para recibirlo es necesario que seamos capaces de acogerlo. Hay que pedir perdón.

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