jueves, 10 de marzo de 2011

Viernes después de ceniza

Hoy parece que el Señor no le da importancia al ayuno, además su estilo de vida es de alegría, se compara con el novio, pero también anuncia que no siempre estará y entonces ya ayunarán.

Ayunar es ejercitar el autocontrol, (no cerrarnos en nosotros mismos) para buscar la libertad de todo lo que nos esclaviza, egoísmos, sensualidad, apetencias, orgullos; crucificar lo que el mundo busca y con mayor libertad poder decir no, a una sociedad que nos invita a más y más gastos, para satisfacer necesidades que nos creamos nosotros mismos.

Es ayunar para poder dar mayor cabida a Dios y al prójimo en nuestra vida, si la falta de caridad continua, poco puede agradarle a Dios nuestro ayuno, el ayuno debe ir unido a la caridad a la justicia.

Negarse a si mismo no es buscar cruces raras, la vida de cada día ya nos ofrece ocasiones de practicar este ayuno que agrada a Dios, este Vía Crucis hacia la pascua.

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