miércoles, 23 de marzo de 2011

Miércoles II Cuaresma

Podríamos pensar que desconsiderados son la madre y sus hijos los Zebedeos; el Señor acaba de decir que será entregado, azotado y crucificado y ellos igual que nosotros XXI siglos después pensando en otra cosa, el éxito, el dinero, el poder y un largo etcétera, podríamos decir que solo son dos, pero es que los otros diez no estaban indignados porque les pareciera que no era oportuno el momento, después de lo que acababa de decir, su indignación era porque tenían miedo de que les quitaran el sitio.

El pobre Señor me imagino que antes de reunirlos para decirles que: “el que quiera ser grande entre vosotros, que sea  vuestro servidor”, sentiría algo así como cuando tu estás abriendo tu corazón a alguien y te dice, vale ya me lo contarás que tengo cosas más importantes que hacer, como ver la televisión, hacer crucigramas o cosas por el estilo, tampoco es para ponerse así, solo está diciendo que a venido a dar su vida en rescate por nuestros pecados, que sufrirá y lo matarán colgándolo de la cruz, y todo eso por mi, “que tengo cosas más importantes que hacer”, en estos momentos solo me viene a la cabeza el Sal 103, 10:  “[El Señor] no nos trata como merecen nuestros pecados”.

¿Todavía sigues pensando que no necesitas conversión?

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